¿Cómo aparece
el contenido de lectura de libros, su comprensión, en l los Cuadernos para
el aula de Lengua? En este caso, nos introducimos en el cuaderno 4, (págs..
16-21):
Tal como
señalan diversos filósofos, somos seres de lenguaje. Somos conscientes
de nuestro yo porque podemos nombrarnos; revisitamos nuestra historia personal,
la de nuestro grupo y la de otros por medio de las narraciones que hemos
escuchado y que podemos contar; nos proyectamos en el futuro y podemos imaginar
alternativas porque tenemos lenguaje y hemos leído y escuchado historias;
conocemos el mundo desde muy diversas experiencias, entre las que leer y
escuchar son centrales.
La escuela es un lugar de lenguaje, en tanto
que este es la vía privilegiada de transmisión cultural. En todas las áreas los
chicos y las chicas narran historias; describen; dan sus opiniones; ensayan
explicaciones sobre los fenómenos del mundo natural, sobre los sujetos y las
sociedades; expresan sus emociones, sus inquietudes, sus preocupaciones. En
todas hablan, escuchan, leen, escriben apropiándose de términos especializados
y formas específicas de describir, explicar y argumentar. Efectivamente, el
desarrollo del lenguaje oral y escrito en todas las áreas debe constituirse en
uno de los ejes del proyecto escolar (…)
(…) lo que hoy se sabe o se piensa puede
modificarse en el futuro. Sin embargo, esto no implica que no contemos con
varias certezas y convicciones, y mucho menos que todas las de otras épocas
hayan perdido validez.
(…)
La escuela siempre ha buscado tender
puentes con los saberes que todos los niños
traen consigo al comenzar su itinerario educativo formal. Sin embargo,
la institución escolar también les brinda la posibilidad de acercarse a nuevos
conocimientos y afianzar lo que ya saben. Esto no solo les permite conversar
con personas fuera de su círculo familiar o barrial, sino también usar la
lengua para informarse, aprender, expresar ideas y sentimientos, inventar
nuevos mundos; aprender a contar y a describir mejor, a explicar, a opinar.
(…) Se trata, entonces, de generar
espacios de diálogo sobre lo que todos van leyendo en el aula o en
la biblioteca, espacios que no necesariamente parten de una pregunta formulada
por el docente, sino de las asociaciones que los propios niños van realizando.
(…) Cuando afirmamos que los niños deben
continuar con el aprendizaje de la lectura, queremos decir que ese aprendizaje
también implica, por ejemplo, que comiencen a moverse con mayor soltura en
las bibliotecas. En otras palabras, el progreso de los chicos y las chicas
en la autonomía lectora supone que
dispongan de mayor cantidad de saberes para la búsqueda y elección de
materiales escritos. (…) La frecuentación asidua de la biblioteca de la escuela
o de otra biblioteca cercana y de la
participación en las mesas de libros se asientan en el convencimiento de que es
fundamental la lectura de libros. El trabajo con libros supone una
relación diferente con lo escrito, ya que el lector necesita moverse entre
índices, títulos y subtítulos, y así toma conciencia de que cada libro es una
“totalidad” lo que está esperando para seguir leyendo. Además, la
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